Sólo podemos cambiar el mundo desde la realidad
Los fagocitadores de identidades
Domingo, noviembre 22, 2009, Reflexiones
Escrito por Ricardo Ros
Vivimos en un mundo diverso y cambiante. A nuestro alrededor hay todo tipo de personas. Cada persona es diferente y se adapta al mundo de una forma particular. La mayor parte de las personas se adaptan a los cambios correctamente, mientras que unas pocas no consiguen adaptarse y, como consecuencia, tienen con los demás y con ellos mismos una relación insana. En nuestra vida estamos rodeados de personas sanas psicológicamente y personas insanas psicológicamente.
Generalmente las personas que se adaptan a los cambios son personas que utilizan su inteligencia para crecer, mientras que las personas que no consiguen adaptarse no utilizan su inteligencia, por muy inteligentes que sean, para avanzar, sino para quedarse bloqueados.
Mira en tu entorno y observa cómo son las personas que te rodean. Seguramente con la mayoría te sientes bien y con unas pocas te sientes mal. Las personas con las que te sientes mal son personas con problemas. Todos tenemos problemas, pero las personas que no saben adaptarse, además de tener problemas tratan de contagiar sus problemas a los demás, mientras que las personas bien adaptadas asumen sus problemas y tratan de resolverlos sin implicar a nadie más. La diferencia es clara. Las personas con problemas tratan de fagocitarte, son como aliens que procuran dejarte sin identidad.
Rodéate de personas inteligentes, divertidas, sin dificultades. Huye de los problemas que no te corresponden.
Sólo podemos cambiar el mundo desde la realidad.
El mundo es como es, no como nos gustaría que fuera. Por eso, concéntrate en los hechos. Los hechos no mienten. Cuanto más cerca estés de los hechos y más alejado de las fantasías, más cerca estarás de la realidad. El contacto con la realidad nos hace adaptarnos a los cambios. Para poder adaptarnos a los cambios debemos mantener alejados a quienes tratan de meternos en su mundo insano y fantasioso.
Isabel, en los comentarios de la última reflexión, dice: “Vaya, por lo que entiendo quiere decir que si tenemos a un amigo que tiene problemas poco menos está diciendo que lo dejemos hundirse en la mierda en vez de ayudarle” Sonia añade: “Yo estoy de acuerdo con Isabel. Si un amigo tiene problemas, es injusto dejar de verle y no ayudarle”
Rosario me defiende: "siento que Ricardo no se refiere a ese tipo de problemáica de los demás, sino específicamente al tipo de personas que son quejumbrosos permanentes por lo que "la vida" les deparó a causa de sus padres, familias, circunstancias, etc.... y se enganchan de una manera que no son, o no se sienten capaces de SOLTAR.y van por la vida jodiendo las vidas ajenas y las propias por sus desgracias."
Paloma me ha llamado por teléfono en relación también con la última reflexión de la semana pasada. Paloma (nombre ficticio) lleva muchos años trabajando como coach. Me cuenta que ya no puede más, que en su trabajo ha sabido diferenciar sus sentimientos de los de los demás, pero que en su vida personal lo ha mezclado todo y lo ha perdido todo. Me dice que tiene un cuñado que ha destrozado a su hermana y a sus sobrinos con sus problemas y que al final ha acabado también con ella cuando ha tratado de ayudarles. “No sólo me encuentro sin autoestima, me dice, sino que también me he quedado sin dinero, incluso tengo deudas. Mi cuñado ha destrozado todo lo que tenía alrededor y, finalmente, se ha suicidado, dejándonos a todos hundidos”
Me dice que se ha sentido completamente reflejada en la reflexión. Dice Paloma: “Es cierto que existen vampiros que te chupan la identidad. Si te dejas atrapar te hacen dudar de ti misma y de tus valores. Yo me siento ahora una pendeja (persona sin valor). Traté de ayudarles y me sentí atrapada en su propia vomitona, no supe crear una distancia psicológica con sus problemas”
Es muy importante diferenciar entre las personas y sus conductas. Paloma ha confundido ayudar a su hermana y su cuñado, con hacerse responsable de sus problemas. Yo puedo querer mucho a un amigo, pero no necesariamente tengo que estar de acuerdo con sus conductas. Es más, debo distanciarme de sus conductas destructivas si quiero sobrevivir. Si permites a alguien que te obligue a secundar sus conductas destructivas, habrá ganado, pero serás tú quien sufra y quien se hunda. Cada persona es responsable de sus conductas y no por querer mucho a una persona tenemos que aceptar esas conductas destructivas, ni podemos asumir la responsabilidad de sus conductas.
Sandra me cuenta que cada vez que se encuentra con su prima se deprime y se culpabiliza. Me dice: “Estuvo metida en las drogas en su juventud, conseguimos ayudarle a superarlas, pero siempre tiene algún problema, siempre se mete en los peores problemas que puedas imaginar. Nunca ha querido trabajar, porque dice que tenemos que mantenerla nosotros”. Me dice Sandra que ha tratado por todos los medios de ayudarle, escuchándole, dándole consejos, pagándole un profesional, pero ella sigue y sigue haciendo lo mismo. “La quiero mucho porque nos hemos criado como hermanas, me dice, pero ella no quiere cambiar, ella sigue siempre con sus problemas y lo único que consigue es hundirnos a toda la familia. Porque encima nos culpabiliza de sus decisiones equivocadas”
Te quiero mucho, pero no voy a dejar que sigas haciendo eso, porque si sigues haciéndolo no tendré más remedio que alejarme de ti
Un amigo me contaba hace unos meses que un día quedó a cenar con un amigo alcohólico. En la cena este amigo bebió mucho. Después de cenar fueron a varios bares y siguió bebiendo. Pero el amigo le dijo que por qué no iban a una discoteca que estaba a quince kilómetros. Mi amigo le dijo que no podía conducir en esas condiciones, pero su amigo insistió y se montó en el coche para irse. Mi amigo pensó que no podía dejarlo sólo, o sea que se subió también al coche. Llegaron a la discoteca haciendo eses, el amigo siguió bebiendo y le propuso ir a un club de carretera a cincuenta kilómetros. Mi amigo trató de disuadirlo, nunca había ido a uno de esos clubs, es más le repugnaba la idea, y además su amigo estaba completamente borracho. Pero se volvió a montar en el coche. Todo esto me lo contaba desde la cama en el Hospital, con siete fracturas, tras salirse de la carretera. Su amigo sólo tuvo unas pequeñas heridas. “¿Qué podía hacer?, me dijo, no podía dejarlo solo”
¿Qué opinas? ¿Debería haberlo dejado sólo o hizo bien acompañándolo?
1 comentario
Roberto -
La mayoria de las personas, algunas aunque parecen agradables, no son sanas psicologicamente.
Claro si uno se deja llevar por las apariencias y no va mas al fondo nunca lo vera.
En cambio encontrar una persona buena, honesta, confiable, que sea sana realmente psicologicamente es grandioso pues son pocas.
Pero cada una de ellas vale por el resto de las personas del mundo.