Los tres tipos de perdones esenciales
Los tres tipos de perdones esenciales para un Cristiano.
Autor: Omar A. Jimenez Castro.
Fuente: www.mensajespanyvida.org
Una tarde San Francisco les dijo a sus discípulos, hay tres tipos de
perdón.
Primer nivel. Perdonar a Dios. Cuando dijo eso, sus discípulos se
quedaron en silencio, si Dios es Santo y nunca ha pecado por qué
debemos perdonarlo?. A Dios siempre lo culpamos de muchas cosas y de
las cosas que nos pasan. ¿Por qué permitió ese accidente? ¿Por qué
Dios me hizo así?, ¿por qué mi hijo murió?. Estas frases Dios no te
niega que se las diga, más bien le gusta que se las digan. Qué Dios
sería que no te deje expresar lo que tienes es tu corazón, Dios no es
un padre, Dios es tu padre.
Segundo nivel. Perdonar a los que nos han hecho mal. La lista es muy
grande, pero entresaca a los más prestigiados.
Si son tus padres, perdónalos porque nadie les dio un libreta para ser
padres. Si cometieron heridas perdónalos porque para ellos lo que
hacían era lo mejor para vos. Ellos siempre trataron de darte lo mejor.
Para padres no se estudia ni se nace.... simplemente se aprende cada
día que uno ejerce ese rol. Tu también serás padres en un tiempo más y
si ya lo eres, perdoando a los tuyos te va a ayudar a ser vos el mejor
papá del mundo. Si es una persona en la cual confiabas acostúmbrate a
que las personas te fallen, son personas, como vos.
Tercer nivel: Perdonarte a tí mismo. Es con el que menos misericordia
tenemos y al que más exigimos y más palo lleva. Perdonarse uno mismo
no es aceptar nuestras imperfecciones, pero es aceptarse uno mismo tal
como es, con sus imperfecciones pero también con sus valores, sus
potencialidades, lo bueno, lo regular y lo mejorable..
Perdonar no es olvidar sino que cuando recuerdas alguna ofensa , no te
causa dolor. Si quieres que Dios te perdone debes primero perdonar
(Martín Valverde). Si han rezado el padre nuestro hay una parte que
dice "Perdónanos así como perdonamos a los que nos ofender". Si
sabemos perdonar, con la misma medida Dios lo va hacer con nosotros.
Sé que es duro pero nos hacemos un gran bien, porque cuando recordamos
aquellas personas que nos fallaron no vamos a sentir dolor.
Yo, este siervo de Dios, también tuve que tomar esa decisión de
perdonar a una persona que me causó una herida en mi niñez. Cuando lo
hacia pensó que estaba haciendo lo mejor pero no fue así. Me recuerdo
que cuando recordaba esos momentos me causaba mucho dolor. Una vez
decía Jesús a sus discípulos "Yo soy la vid" y nadie puede hacer nada
sin mi ayuda. Y para perdonar debemos de tomar la mano de Dios, porque
sin él no sirve de nada.
Recuerdo la vez que le pedí a Jesús que me ayudara a perdonar esa
persona. Después de un encuentro personal con Cristo me sanó la herida
y me ayudó a perdonar esa persona.
No lo niego que es doloroso pero no imposible, deja ya de llevar
resentimientos y deja que Dios te haga libre como el viento.
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