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Esencialmente humano

Del Autoconocimiento a la Autotransformación

Del Autoconocimiento a la Autotransformación

Según las enseñanzas del Dr. Claudio Naranjo -considerado un Maestro en el círculo de los iniciados, lo cual significa haber alcanzado una sabiduría que está más allá del conocimiento académico- "la base de todo sufrimiento humano es la pérdida del Ser, o sea la ausencia de la experiencia directa con nuestra Esencia".

Partiendo de la indicación precisa recibida de Claudio Naranjo: "...poder llegar a distinguir cada vez con mayor claridad la diferencia entre Personalidad y Esencia", el trabajo que se propone es considerado como el inicio de un sendero que nos ha de conducir, mediante la práctica constante de la autoinvestigación consciente, a percibir esa distinción.

Lo que este sistema tiene de especial es, precisamente, que la observación profunda de nuestros hábitos neuróticos, nos ha de servir como puente para alcanzar otros niveles de conciencia. Y es entonces cuando podemos comprender que si bien es importante el reconocimiento de ese conjunto de fenómenos que constituyen nuestra personalidad, la experiencia última consiste en alcanzar el contacto directo con nuestro verdadero Yo.

 

El malestar, la confusión, las contradicciones aparecen cuando desconectados de nuestro Ser Interior, quedamos atrapados por las necesidades neuróticas del ego, personalidad o falso yo. Mas cuando a través de un profundo conocimiento de sí, logramos contactar nuestra verdadera esencia, aunque más no sea por breves instantes, podemos experimentar un amor a Todo, un amor incluyente, no contaminado por los pensamientos, un amor que nos inunda, nos esclarece, abriéndonos a una comprensión más auténtica. Un amor que nos nutre y nos sostiene y nos anima a seguir hollando el camino.

Para este Trabajo cuyo objetivo principal es el autodesarrollo humano, necesitamos cultivar una actitud de apertura y aceptación que nos permita descubrir en profundidad los condicionamientos cognitivos, emocionales y de comportamiento que tanto limitan el desarrollo de nuestro potencial humano.

Es un emprendimiento de autogestión en busca de la "acción correcta", no en el sentido externo de la acción buena o mala, sino en el sentido de ser uno mismo, sin estar dominado por sentimientos perturbadores que sólo distorsionan nuestras necesidades verdaderas.

 

Tanto la esencia como la personalidad son necesarias para ese Trabajo. La esencia debe contar con la personalidad, de lo contrario no tendría deseos de desarrollarse. Las preocupaciones de nuestra personalidad (los obstáculos que queremos superar, nuestros hábitos neuróticos, condicionamientos, falsas estructuras), constituyen el material de estudio que nos ha de servir para transmutar la personalidad en herramienta funcional a la esencia.

En este proceso de conocimiento de sí, que implica una constante observación del ego, la esencia gana en fuerza y madurez, y nuestra vida en plenitud, alegría y templanza.

"Se produce una gran satisfacción si en la situación en que trabajamos, nuestro esfuerzo y nuestra lucha se transforman en armonía. Cuando eso ocurre, es que algo ha constituido y ha encontrado a la vez su propio lugar en el mundo existente" (Estudios Sobre el Eneagrama, J.G. Bennett. Ed.Sirio).

 

Un intento permanente de equilibrar y armonizar las actividades de los tres cerebros del hombre: el instintivo-motor, el emocional y el intelectual, y también procurar el desarrollo del cuarto cuerpo o cuerpo divino. Es el equilibrio y armonización de todos los cuerpos del hombre, lo que va procurando expansiones de conciencia.

 

Acceder a un nivel de conocimiento no distorsionado y desarrollar las Virtudes Espirituales, significaría actuar desde los cuerpos emocional y mental de nuestro Yo Superior, sin las interferencias egoicas. Nuestras actitudes serían entonces las expresiones auténticas de nuestra Verdadera Naturaleza.

 

Esta transformación, nos dice Claudio Naranjo, "cuando es verdadera, resulta "contagiosa", y nuestro diario vivir y nuestro entorno se va tornando cada vez más armónico, más placentero. Y puede que el amor carente y posesivo vaya dando lugar a un amor más auténtico e incondicional, desarrollando así la capacidad de valorar y disfrutar, desde una mirada más abarcativa, ese conjunto de pequeñas circunstancias que conforman nuestra vida cotidiana.

"...Porque si es cierta esta idea de que es el amor lo que nos hace felices, lo importante no es que consigamos ser queridos, sino que logremos comprender y superar los obstáculos que nos impiden movilizar nuestro potencial amoroso."

(Claudio Naranjo, "Cosas que vengo diciendo...", Ed. Kier).

 

 

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